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Tuesday 5 September 2023

Aparato circulatorio II: un sistema doble y cerrado

 

Nuestro sistema circulatorio: un sistema doble y cerrado

Como habéis visto en vuestro libro, nuestro sistema circulatorio es un sistema cerrado en el que la sangre no tiene contacto con el exterior. Parece lógico ¿no? Tampoco vamos a dejar que la sangre se vaya desparramando por ahí ¿verdad? Pero, si se nos indica específicamente, es porque no todos los seres vivos lo hacen así. En el siguiente dibujo podéis observar la diferencia entre un sistema abierto y uno cerrado.

Como podéis ver, en nuestro sistema circulatorio son los vasos capilares los que se encargan de cerrar el circuito uniendo a las venas y las arterias. Al mismo tiempo, son los encargados tanto de repartir los nutrientes y el oxígeno a las células, como de recoger el dióxido de carbono y otras sustancias de desecho.

Aquí podéis ver con más detalle la conexión entre arterias y venas a través de vasos capilares.

Por el contrario, en un sistema cerrado se vierte la sangre en una especie de lagunas que riegan las células.

Además de eso, nuestro sistema es doble, es decir, que dispone de dos circuitos diferentes: la circulación pulmonar, que se encarga del intercambio de gases en los pulmones, y la circulación sistémica que se encarga de todo lo demás (repartir nutrientes y oxígeno, recoger desechos para su eliminación, etc.). En el siguiente dibujo podéis ver un diagrama del doble sistema circulatorio.

Como podéis ver, en la circulación sistémica, las arterias, que salen del corazón desde el ventrículo izquierdo, llevan la sangre oxigenada a las diferentes partes del cuerpo; los capilares, que se encuentran repartidos por todo el organismo, intercambian el oxígeno por dióxido de carbono;y las venas, que nacen al otro lado de los capilares, llevan la sangre desoxigenada y cargada de COde vuelta a la aurícula derecha del corazón.

Por el contrario, en la circulación pulmonar, la arteria pulmonar sale del ventrículo derecho del corazón cargada de sangre desoxigenada; la lleva hasta los capilares de los alveolos pulmonares, donde intercambian el CO2 por O2 y; finalmente, vuelven por la vena pulmonar a la aurícula izquierda para que el viaje pueda comenzar de nuevo.

En resumen:

Las arterias siempre salen del corazón. En la circulación sistémica van cargadas de sangre oxigenada, pero en la pulmonar es al revés.

Las venas siempre llegan al corazón. En la circulación sistémica van cargadas de sangre desoxigenada, pero en la pulmonar es al revés.

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